Microondas: Refugio insospechado de la evolución
Un equipo de científicos ha descubierto que los microondas, lejos de ser estériles, albergan una sorprendente diversidad de microorganismos, algunos incluso capaces de resistir condiciones extremas.
8 de agosto de 2024, 9:35 p. m. - Redacción Kenja

Se han encontrado más de 100 cepas bacterianas diferentes en microondas, incluyendo extremófilos que resisten altas temperaturas y radiación.
¿Te has preguntado alguna vez dónde se esconde la evolución? Solemos imaginar selvas tropicales o profundas fosas oceánicas, pero, ¿y si te dijéramos que un laboratorio evolutivo bulle silenciosamente en tu propia cocina? Un equipo de científicos españoles ha destapado un secreto sorprendente: el interior de los hornos microondas, lejos de ser un páramo estéril, alberga una inesperada diversidad de microorganismos, algunos incluso con la capacidad de desafiar las condiciones más extremas.
Supervivientes en un mundo de ondas: desmontando mitos sobre los microorganismos
El microondas, ese electrodoméstico que nos salva de apuros culinarios, se ha ganado la fama de ser un destructor de bacterias. La creencia popular de que "el microondas lo mata todo" se ha instalado en nuestro imaginario colectivo. Sin embargo, la ciencia, una vez más, nos demuestra que la realidad es mucho más compleja e interesante de lo que parece a simple vista.
El estudio, publicado en la revista Frontiers in Microbiology, analizó 30 hornos microondas de distintos entornos, desde hogares hasta laboratorios, y los resultados fueron sorprendentes: lejos de ser un ambiente aséptico, el interior de estos electrodomésticos albergaba una gran variedad de microorganismos. Se identificaron más de 100 cepas bacterianas diferentes, algunas de ellas pertenecientes al selecto grupo de los extremófilos.
Extremófilos: cuando la vida imita a la ciencia ficción
Los extremófilos, como su nombre indica, son organismos capaces de sobrevivir en condiciones que para otros seres vivos serían letales. Hablamos de temperaturas extremas, ya sean de frío o calor intensos, altas concentraciones de sal, ambientes ácidos o alcalinos, e incluso lugares con altos niveles de radiación.
Imagina por un momento un volcán en erupción, con ríos de lava incandescente fluyendo ladera abajo. En este escenario dantesco, donde la vida parece imposible, existen microorganismos, como los termófilos, que no solo sobreviven, sino que prosperan.
Volviendo al microondas, los científicos se encontraron con bacterias extremófilas capaces de resistir no solo las altas temperaturas que se alcanzan en su interior, sino también la radiación y la sequedad extremas. Un auténtico ejemplo de adaptación evolutiva que nos recuerda la increíble capacidad de la vida para abrirse camino en los lugares más insospechados.
Del microondas al laboratorio, y más allá: el futuro biotecnológico de lo invisible
Este descubrimiento no solo nos invita a replantearnos la supuesta "esterilidad" de nuestros electrodomésticos, sino que también abre un mundo de posibilidades en el campo de la biotecnología. Los extremófilos, con su capacidad para resistir condiciones extremas, son una fuente potencial de enzimas y compuestos con aplicaciones en áreas tan diversas como la biorremediación, la producción de biocombustibles o la industria alimentaria.
Por ejemplo, las enzimas producidas por bacterias que viven en ambientes extremadamente alcalinos se utilizan en la fabricación de detergentes, mientras que las enzimas de bacterias termófilas, como la Taq polimerasa que mencionamos anteriormente, son esenciales para la investigación genética y el diagnóstico de enfermedades.
El estudio del mundo microbiano, a menudo invisible a nuestros ojos, nos depara constantemente sorpresas y nos recuerda que aún queda mucho por descubrir. La próxima vez que calientes tu comida en el microondas, piensa en ese universo microscópico que bulle en su interior, un testimonio de la increíble capacidad de adaptación de la vida y una fuente potencial de soluciones para los desafíos del futuro.
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