Novo Nordisk busca frenar las copias compuestas de Ozempic en EE. UU.
Novo Nordisk, fabricante de Ozempic, ha solicitado a la FDA que prohíba las versiones compuestas de semaglutida argumentando riesgos para la seguridad del paciente. Esto ocurre en medio de un mercado donde las alternativas compuestas han ganado popularidad, ofreciendo precios más bajos pero sin la misma regulación estricta.
25 de octubre de 2024, 1:42 p. m. - Felipe Sarmiento

La farmacéutica intenta mantener la exclusividad de sus productos, en un mercado donde la semaglutida es una estrella en ventas.
La farmacéutica danesa Novo Nordisk está impulsando una estrategia legal para frenar la venta de medicamentos compuestos que contienen semaglutida, el componente activo de su medicamento estrella Ozempic, usado para tratar la diabetes tipo 2 y popularizado como adelgazante. Argumentando que la fabricación de compuestos seguros y de calidad es “demasiado compleja”, la empresa solicitó a la FDA que incluya a la semaglutida en una lista especial, lo que bloquearía su producción por farmacias compuestas en EE. UU.
Este movimiento responde a la explosión de opciones de semaglutida compuesta, versiones de bajo costo que algunos proveedores de telesalud y farmacias ofrecen en respuesta a la creciente demanda. Ozempic y su otro medicamento estrella, Wegovy, alcanzan precios de hasta 1,000 dólares mensuales sin cobertura médica, en comparación con las versiones compuestas que rondan los 100 dólares. Aunque estos productos no requieren la misma aprobación de seguridad por parte de la FDA, muchas personas recurren a ellos debido al elevado costo de los originales.
Para algunos críticos, los esfuerzos de Novo Nordisk son un intento de proteger su cuota de mercado más que una cuestión de seguridad. Sin embargo, la empresa mantiene que su único interés es el bienestar del paciente, aludiendo a varios reportes de efectos adversos con los compuestos, como hospitalizaciones por posibles errores en la dosis. Mientras tanto, la FDA está considerando la petición, consciente de que su decisión tendrá un fuerte impacto en la industria de medicamentos compuestos y en los millones de pacientes que actualmente optan por estas versiones alternativas.
El debate no es nuevo. Recientemente, el fabricante de otro fármaco popular, Eli Lilly, emprendió acciones legales para frenar las versiones compuestas de tirzepatida, una alternativa que vio un auge durante una escasez temporal. Ante una demanda continua, la FDA se encuentra en una posición compleja: garantizar el acceso a estos medicamentos sin comprometer la seguridad.
Este dilema muestra cómo la medicina moderna enfrenta el reto de equilibrar innovación, costos y accesibilidad. El acceso a tratamientos seguros y asequibles es esencial en una sociedad que envejece y en la que los problemas metabólicos y de peso crecen. A medida que los sistemas de salud avanzan, ¿será posible una colaboración que permita innovación sin descuidar el bienestar económico de los pacientes?
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