Adictos a las redes: una serie documental revela la crisis digital de la Generación Z

Desde que surgieron las redes sociales, ha habido mucha discusión sobre su impacto en la sociedad. Sin embargo, ningún grupo ha estado más expuesto a sus efectos que la Generación Z, la primera en crecer completamente inmersa en el mundo digital. Esta inmersión es el foco de Social Studies, una docuserie creada por Lauren Greenfield, reconocida por su trabajo previo en temas como la riqueza y el materialismo. En esta serie de cinco episodios, Greenfield examina cómo las redes sociales, especialmente TikTok, Snapchat e Instagram, moldean las vidas de adolescentes de Los Ángeles, mostrando cómo sus identidades y su salud mental se ven afectadas en la búsqueda de validación, popularidad y aceptación en línea.

La serie no solo destaca las luchas emocionales, sino también cómo las plataformas refuerzan la comparación constante y los estándares irreales de belleza a través de filtros y aplicaciones de retoque. Adolescentes como Ivy y Dominic comparten sus experiencias con la ansiedad, la presión social y el acoso que se amplifican a través de estas redes. Aunque algunos de los participantes utilizan las plataformas como herramientas de expresión creativa o activismo, el documental también expone los peligrosos algoritmos que perpetúan comportamientos adictivos y dañinos.

Lo más inquietante es que muchos padres parecen ajenos a esta dinámica, incapaces de comprender completamente la magnitud de la influencia digital en sus hijos. En una era donde el “me gusta” se ha convertido en una moneda social, la desconexión entre generaciones es cada vez más evidente. El documental plantea una pregunta esencial: ¿estamos sacrificando el bienestar mental de nuestros jóvenes en favor de una vida completamente digital?

Con entrevistas a adolescentes y padres, Social Studies no solo retrata un momento cultural, sino que también propone una reflexión sobre cómo podríamos rediseñar estas plataformas para mitigar sus efectos negativos. Greenfield sugiere que el cambio debe venir desde las empresas tecnológicas y desde la legislación, para crear entornos más saludables en línea, y no dejar esta responsabilidad únicamente en los jóvenes usuarios.