Dune: Prophecy, la precuela que explora los orígenes de las Bene Gesserit

HBO sigue apostando por las grandes sagas con Dune: Prophecy, una precuela que amplía el universo de Dune al explorar los inicios de las Bene Gesserit, las enigmáticas líderes espirituales y políticas del Imperium. Basada en la novela Sisterhood of Dune de Brian Herbert y Kevin J. Anderson, la serie combina drama, intriga y una pizca de misticismo para contar la historia de Valya y Tula Harkonnen, las mujeres detrás de la fundación de esta orden.

Una trama cargada de intriga y legado

Ambientada 10,000 años antes del nacimiento de Paul Atreides, la serie sigue a Valya (Emily Watson) y Tula Harkonnen (Olivia Williams), dos figuras clave en la creación de las Bene Gesserit. La trama alterna entre su presente, donde lideran la escuela de la Hermandad, y su pasado, marcado por la caída en desgracia de su familia y su ascenso como Reverend Mothers.

En el presente, Valya selecciona cuidadosamente qué Grandes Casas recibirán los servicios de las Bene Gesserit, mientras Tula guía a las jóvenes acólitas en sus estudios de política y espiritualidad. El pasado, por otro lado, muestra los orígenes de su poder, vinculados a un veneno que desbloquea las memorias ancestrales y las dota de un entendimiento multigeneracional único.

La serie no se limita a las Harkonnen. También explora el impacto del conflicto conocido como la Yihad Butleriana y la forma en que el uso de computadoras prohibidas empezó a modelar las estrategias políticas de la Hermandad. Este nivel de detalle hace que Dune: Prophecy sea un deleite para los fans del lore, aunque puede sentirse denso para quienes no están familiarizados con el universo.

Entre la introspección y la intriga palaciega

Una de las mayores fortalezas de la serie es cómo equilibra el drama personal de las Harkonnen con la intriga política en el Imperium. La relación entre Valya y Tula, interpretadas brillantemente por Emily Watson y Olivia Williams, es el corazón emocional de la serie. Pero mientras su historia resuena, los arcos secundarios, como el romance secreto entre la princesa Ynez Corrino (Sarah-Sofie Boussnina) y Keiran Atreides (Chris Mason), pueden sentirse menos originales, evocando tramas que ya hemos visto en otras series de HBO.

En términos visuales, Dune: Prophecy brilla en escenas íntimas y perturbadoras que desvelan los rituales de las Bene Gesserit, pero los planos abiertos de mundos icónicos como Salusa Secundus carecen de la atmósfera alienígena que Villeneuve llevó al cine. A pesar de ello, la dirección y la cinematografía logran transmitir el peso emocional de los conflictos internos de los personajes.

¿Es Dune: Prophecy para todos?

Esta serie no pretende ser un punto de entrada fácil al universo de Dune. En sus primeros cuatro episodios (de un total de seis), Prophecy se muestra como una experiencia densa, pensada para los fans que buscan profundizar en la mitología de la saga. Si bien algunos pueden encontrar que la narrativa tarda en arrancar, aquellos que valoren el drama introspectivo y las intrigas bien construidas serán recompensados.

Con una fuerte dependencia del contexto de las novelas y un ritmo deliberado, es probable que Prophecy no alcance el estatus de fenómeno como Game of Thrones. Sin embargo, para los seguidores de la saga, la serie es un fascinante puente hacia la próxima película, Dune: Messiah.

Reflexionemos:

Dune: Prophecy es una apuesta arriesgada pero ambiciosa de HBO que se distingue por su profundidad temática y su exploración del poder y la paciencia como fuerzas transformadoras. Aunque no será del gusto de todos, su enfoque en la construcción de personajes y su rica mitología la convierten en una experiencia obligatoria para los fanáticos de Dune. Mientras esperamos el regreso de Paul Atreides en la pantalla grande, Prophecy sirve como un recordatorio de que la verdadera batalla en el Imperium no siempre se libra con espadas, sino con secretos y tiempo.