Nickel Boys: la película que redefine el cine con su perspectiva en primera persona
La adaptación de Nickel Boys, dirigida por RaMell Ross, lleva al cine una innovadora narrativa en primera persona, conmoviendo a la audiencia y redefiniendo la forma de contar historias en la pantalla grande.
2024-12-16T15:43:44.977Z - Felipe Sarmiento



Nickel Boys demuestra que el cine puede ser íntimo y transformador cuando lo vemos desde los ojos de sus personajes.
RaMell Ross lo hizo otra vez. Con su segunda película, Nickel Boys, el director y artista visual toma un riesgo que pocos en el cine han intentado: contar una historia enteramente desde la perspectiva en primera persona. Basada en la novela ganadora del Pulitzer de Colson Whitehead, esta adaptación cinematográfica logra un equilibrio perfecto entre técnica innovadora y narrativa profundamente emocional.
Un enfoque visual sin precedentes
La perspectiva en primera persona en el cine suele asociarse con adrenalina y violencia —como en Hardcore Henry o el segmento de Doom (2005)—, pero Nickel Boys utiliza esta técnica para capturar la intimidad y el vínculo humano. La película sigue a dos adolescentes, Elwood (Ethan Herisse) y Turner (Brandon Wilson), en un brutal reformatorio de la era de Jim Crow, alternando entre sus puntos de vista.
Cuando vemos a través de los ojos de Elwood, Turner se convierte en el centro de la escena, y viceversa. Esto no solo refuerza las emociones de cada personaje, sino que también profundiza la conexión del espectador con la historia. Según Ross, el enfoque no fue un simple truco visual: “Queríamos que el público viviera la experiencia de estos chicos, no solo observarla desde afuera”.
Cómo se hizo posible
Lograr esta visión requirió reinventar las reglas del cine. Junto con el cinematógrafo Jomo Fray, Ross diseñó un lenguaje visual completamente nuevo. Cada decisión —desde el uso de cámaras Sony Venice en modo “Rialto” hasta el modo de capturar la acción en espacios estrechos— fue meticulosamente planificada.
El equipo probó múltiples configuraciones, incluyendo cámaras montadas en el pecho y cascos con SnorriCam, para lograr un movimiento fluido que reflejara la visión humana. Curiosamente, descubrieron que la cámara debía llegar “tarde” a ciertos momentos para que las escenas se sintieran más naturales.
Los actores también tuvieron un rol inusual. En ocasiones, ellos mismos portaban las cámaras, fusionando su actuación con el trabajo técnico. Ethan Herisse, quien interpreta a Elwood, describió la experiencia como transformadora: “Fue aterrador al principio, pero después me sentí parte del proceso de creación de imágenes, algo que rara vez sucede como actor”.
Emociones a flor de piel
Lo que distingue a Nickel Boys no es solo su innovación técnica, sino cómo utiliza esa técnica para explorar los temas de la película. La narrativa captura el trauma, la esperanza y la resistencia de los personajes a través de detalles sensoriales: el sonido de un cuchillo raspando un plato, un abrazo sincero, o el peso del silencio en un momento clave.
El clímax de la película, una revelación impactante que en la novela parecía imposible de traducir al cine, se convierte en un momento inolvidable gracias a esta perspectiva.
¿Un clásico contemporáneo?
Desde su presentación en festivales, Nickel Boys ha sido aclamada como una de las mejores películas del año. Críticos del New York Times y Vulture la consideran favorita para el Oscar a Mejor Película, mientras que RaMell Ross ya ganó un premio en el New York Film Critics Circle.
Más allá de los premios, Nickel Boys reafirma el poder del cine para reinventarse y emocionarnos. En palabras del propio Ross: “Esta es una historia sobre cómo los personajes ven el mundo, pero también sobre cómo los vemos a ellos”.
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