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La batalla de Valorant contra los cheaters: un éxito rotundo con un futuro incierto

En un mercado donde los juegos multijugador en PC se enfrentan a tramposos sofisticados, Riot Games ha logrado lo que parecía imposible: contener el problema gracias a su sistema Vanguard. Sin embargo, el auge de las herramientas de IA plantea nuevos retos.

2024-11-04T20:17:53.540Z - Felipe Sarmiento

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“Los tramposos no descansan, y tampoco lo hacemos nosotros”: Riot Games y la evolución de Vanguard en la guerra contra el cheating

En 2020, el panorama de los juegos multijugador en PC era un desastre. Juegos como Call of Duty: Warzone, PUBG y Destiny 2 estaban inundados de tramposos usando aimbots y wallhacks, desafiando a los desarrolladores que intentaban desesperadamente mantener la integridad del juego. En medio de ese caos, Riot Games destacó con Valorant, introduciendo un sistema anti-trampa agresivo y polémico llamado Vanguard. Cuatro años después, Vanguard no solo ha demostrado ser efectivo, sino que también ha posicionado a Valorant como uno de los juegos más protegidos contra tramposos.

Phillip Koskinas, director de anti-trampa en Valorant, asegura que la estrategia de Riot ha dificultado enormemente el trabajo de los desarrolladores de trampas. “No vemos tantos intentos de hacks que quieran infiltrarse directamente en la máquina; es demasiado trabajo”, explica Koskinas. Gran parte de este éxito se debe al uso de un controlador a nivel kernel que siempre está activo tras el arranque del PC. Nick “Everdox” Peterson, uno de los cerebros detrás de Vanguard, creó un sistema que detecta intentos de acceder al núcleo del juego de forma no autorizada. “El método es tan ingenioso que no puedo explicarlo, porque lo descubrirían muy rápido”, bromea Koskinas.

Los nuevos retos: DMA y hardware de cheating

El éxito de Vanguard ha obligado a los tramposos a buscar alternativas más complicadas, como el uso de hardware externo. Un método popular es el acceso directo a la memoria (DMA), que emplea tarjetas PCIe dedicadas para escanear la memoria del juego desde una segunda PC, ofreciendo a los tramposos un radar en tiempo real que revela la ubicación de sus oponentes. “Es devastador en un juego donde la táctica y la posición lo son todo”, añade Koskinas.

Riot ha respondido desarrollando defensas que bloquean estos intentos, pero incluso esta tecnología presenta desafíos. En una experiencia reciente, Vanguard bloqueó la tarjeta de red de un jugador al detectar un método sospechoso, mostrando cómo el sistema de seguridad es lo suficientemente poderoso como para desconectar dispositivos potencialmente peligrosos.

La evolución de Vanguard en otros juegos de Riot

El éxito de Vanguard no se ha limitado a Valorant. Este año, Riot lo implementó en League of Legends, reduciendo drásticamente el uso de scripts y resultando en más de 175,000 cuentas prohibidas. Sin embargo, la situación es diferente para otros desarrolladores. Por ejemplo, el anti-trampas Ricochet de Activision, diseñado para Call of Duty, sigue enfrentando problemas, y un estudio de la Universidad de Birmingham reveló que los hacks siguen siendo accesibles y asequibles.

El desarrollador conocido como zebleer, detrás de uno de los sistemas de trampas más populares, señala que equipos como el de Ricochet carecen de la financiación y libertad que tiene Riot. “Call of Duty está plagado de tramposos porque implementan soluciones rápidas, no las que realmente se necesitan”, explica.

La amenaza del futuro: trampas impulsadas por IA

Aunque Vanguard ha demostrado ser formidable, Koskinas advierte que las trampas basadas en inteligencia artificial podrían cambiar el juego. Los cheaters ya están usando modelos de IA avanzados para simular entradas humanas, y Riot está investigando formas de contrarrestar esta amenaza. “Hemos hecho mucha investigación sobre cómo se ven las entradas humanas, pero [la IA] puede aprender rápido”, comenta Koskinas.

Riot también depende de las mejoras de seguridad de Microsoft. Koskinas menciona que Windows está revocando certificados de controladores maliciosos y que Riot aprovecha las nuevas medidas de seguridad de Microsoft, como la protección basada en virtualización.

Sin embargo, algunos obstáculos persisten. Los desarrolladores, como Riot y Epic Games, se muestran reacios a soportar Linux debido a la facilidad con que se puede manipular el kernel. Esto ha llevado a decisiones como abandonar el soporte en Apex Legends o limitar Fortnite a plataformas específicas.

La guerra entre desarrolladores y tramposos es constante, y aunque Valorant está ganando ahora, el futuro con IA podría resetear el campo de batalla. La innovación en seguridad será crucial para mantener la integridad de los juegos en un mundo cada vez más tecnológico.

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