Monument Valley 3 se estrena en Netflix: una joya visual y narrativa

Mirá, si sos fanático de los juegos móviles que combinan arte, narrativa y esa sensación de "Zen" que tan poco se encuentra últimamente, tenés que escuchar esto: Monument Valley 3 acaba de llegar a Netflix. La tercera entrega del emblemático juego de puzzles no solo retoma la estética impecable que lo hizo famoso en 2014, sino que la lleva a nuevos terrenos —y te mete hasta en el agua, literalmente.

Esta vez, Ustwo Games, el estudio detrás de la saga, se animó a cuestionar su propia fórmula. ¿Cómo evolucionás algo que ya era perfecto? Según Jennifer Estaris, directora del juego, la respuesta era clara: "Había que hacer un cambio grande, algo que hiciera ruido". Y vaya si lo hicieron. Ahora, las estructuras arquitectónicas imposibles que tanto amamos comparten espacio con paisajes naturales, curvas vegetales y escenas donde el agua lo envuelve todo. Es un Monument Valley más audaz, más humano y, de alguna forma, más actual.

La naturaleza como protagonista

En Monument Valley 3, los ecosistemas cobran vida. Hay puzzles que se desarrollan en colinas pintorescas, entre pequeños edificios y comunidades que huyen de desastres naturales. Es un juego que, aunque no lo grita, reflexiona sobre el cambio climático y la resiliencia. Es imposible no sentir una conexión con los personajes, refugiados de un mundo que parece desmoronarse, pero también lleno de belleza.

La inclusión de elementos más orgánicos y desestructurados, según la diseñadora Emily Brown, responde a un deseo del equipo: hacer un juego "más cálido, más orientado a las personas". Este cambio marca una diferencia enorme con los anteriores, que se sentían un poco más solitarios. Ahora, Monument Valley 3 se trata de unir, de colaborar, de encontrar sentido en el caos.

Diseño de otro nivel

Visualmente, el juego es un espectáculo. Inspirados por artistas como Cornelia Parker y movimientos deconstructivos en el arte y la moda, los diseñadores de Ustwo crearon niveles que parecen explotar en cámara lenta o desplegarse como origami. Las estructuras se desarman y vuelven a formar, combinando colores ricos y profundos que te dejan boquiabierto. "Queríamos capturar el diseño gráfico de hoy, como lo hicimos con el original en 2014", explica Lili Ibrahim, líder artística del juego.

Y ojo con Noor, la nueva protagonista, que explora estos paisajes desde un faro adornado con vitrales. Cada nivel es un cuadro digno de museo.

El giro Netflix: contenido vivo

Otro cambio importante es el modelo de servicio continuo. En vez de ser una experiencia única como los títulos anteriores, Monument Valley 3 ofrecerá contenido nuevo durante al menos un año: capítulos de historia y puzzles estacionales que se irán sumando. Es un enfoque que encaja con la estrategia de suscripción de Netflix, pero Estaris promete que será sin "grind ni bucles adictivos".

Lo interesante es cómo describen este modelo: el juego base es "clásico", como una pieza de música orquestal, mientras que el contenido adicional será más "jazz", experimental y libre. La idea es que Monument Valley 3 se convierta en un hábito saludable, como resolver el crucigrama de los domingos.

Un refugio en tiempos de caos

En un momento en el que las pantallas generan más ansiedad que calma, Monument Valley 3 ofrece algo diferente: un santuario en tu bolsillo. Es un juego que podés disfrutar en un colectivo lleno o en un rincón tranquilo, y que te recuerda que no todo lo digital tiene que ser un quilombo. Como dice el productor John Lau, “No es algo desechable. Es un recuerdo que podés llevar con vos”.

Así que si estás buscando un juego que no solo entretenga, sino que también te conecte con algo más profundo, Monument Valley 3 te espera.