Patricia Ortiz: Innovación, promoción y estabilidad, las claves para la competitividad del vino argentino
Desde cavas submarinas en la Patagonia hasta la expansión global de Bodega Tapiz, Patricia Ortiz lidera la transformación de la industria vitivinícola argentina con visión estratégica y creatividad.
2024-09-16T15:27:53.444Z - Nicolas Vilar


Patricia Ortiz, CEO de Bodega Tapiz, no es una figura convencional en el mundo del vino. Su carrera comenzó en el campo de la Medicina y Psicología Social, pero su amor por la vitivinicultura y su habilidad para gestionar equipos la llevó a transformar la industria. Hoy, es reconocida como la primera mujer en presidir Bodegas de Argentina y como una innovadora en el sector, habiendo impulsado proyectos revolucionarios como las cavas submarinas en la Patagonia.
Ortiz describe su transición de la medicina a la vitivinicultura como una decisión motivada por la pasión. Junto a su esposo, inició su primer viñedo en Tupungato hace más de 20 años. Lo que comenzó como un proyecto familiar creció hasta convertirse en un negocio de exportación, con una fuerte presencia en el mercado internacional. Sin embargo, Ortiz reconoce los desafíos que enfrenta el sector, incluyendo los vaivenes económicos de Argentina, los tipos de cambio desfavorables y las dificultades para realizar pagos internacionales.
A pesar de estos obstáculos, la estrategia de Ortiz ha sido clara: un enfoque en la calidad, innovación constante y promoción efectiva. Desde la presentación de sus vinos a críticas y concursos internacionales, hasta la reinversión de utilidades en tecnología y la formación continua de su equipo, Ortiz ha liderado la expansión de Bodega Tapiz en mercados globales. Hoy, la empresa está presente en mercados tan desafiantes como Estados Unidos y Europa, con una fuerte apuesta por el crecimiento a largo plazo.
Uno de los proyectos más destacados bajo su liderazgo es la creación de cavas submarinas en la Patagonia, una técnica innovadora que acelera el proceso de maduración del vino al sumergir las botellas en el fondo del mar. "El movimiento constante del agua, la presión atmosférica y la temperatura estable logran un añejamiento acelerado que mejora la calidad del vino sin oxidación", explica Ortiz. Esta técnica ha despertado interés internacional y ha sido bien recibida tanto por la industria como por los consumidores.
En cuanto al arte, Ortiz también ha encontrado una forma de combinar su pasión por la cultura con su negocio. En la bodega de Maipú, Mendoza, Ortiz ha desarrollado una muestra de textiles tribales de Asia Central, curada por Ferran Baremblit, exdirector del Museo de Arte Moderno de Barcelona. Esta iniciativa, llamada "El hilo de Ariadna", ha atraído a un público que aprecia tanto el vino como el arte, fortaleciendo la identidad cultural de Bodega Tapiz y su propuesta turística.
Ortiz subraya que, para mejorar la competitividad del vino argentino a nivel global, son necesarias tres cosas: promoción, estabilidad e innovación. "Argentina necesita promocionar más su producción vitivinícola con fondos públicos que nos permitan competir a nivel internacional. Además, es fundamental contar con estabilidad macroeconómica para que nuestros importadores puedan planificar a largo plazo", afirma. Asimismo, destaca la importancia de seguir invirtiendo en tecnología e innovación para mejorar la productividad y la calidad de los vinos argentinos.
En cuanto a la situación interna, Ortiz reconoce que el consumo de vino en Argentina ha caído, pero ve una oportunidad en la "premiumización" del mercado. "Hoy se consume menos vino, pero de mejor calidad. Por eso, hemos desarrollado productos de alta gama con la asesoría de Jean Claude Berrouet, enólogo de Chateau Petrus", comenta Ortiz, refiriéndose al enfoque que ha adoptado para llevar a Bodega Tapiz a niveles de excelencia mundial.
Reflexión :
Patricia Ortiz ha demostrado que la innovación y la pasión pueden transformar una industria tradicional como la vitivinicultura. A través de proyectos como las cavas submarinas y su enfoque en la calidad, ha llevado a Bodega Tapiz a nuevos horizontes, posicionando al vino argentino en mercados internacionales. Su liderazgo en una industria históricamente masculina y su compromiso con la cultura y el arte son ejemplos de cómo la creatividad puede ser un motor de cambio en el sector.
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