Inflación en Argentina: Por qué no se perfora el piso del 4% y qué hacer para superarlo
A pesar de la desaceleración inflacionaria lograda, el Gobierno enfrenta dificultades para reducir la inflación por debajo del 4% mensual. Expertos debaten las causas y posibles soluciones para este fenómeno.
2024-09-17T17:16:18.160Z - Nicolas Vilar

Uno de los mayores logros económicos que el Gobierno de Javier Milei celebraba durante su primer año de gestión era la tan esperada desaceleración inflacionaria. Este éxito no solo era reconocido por el propio gobierno, sino también por la opinión pública, que veía en la reducción de la inflación uno de los principales sustentos de la popularidad del presidente. Sin embargo, en los últimos meses, este descenso ha encontrado un piso del 4% mensual que no ha logrado perforarse, lo que empieza a generar preocupación tanto en el mercado como en el Ministerio de Economía, que había apostado por una convergencia más rápida con la tasa de devaluación mensual del 2%.
El dato de agosto fue un claro ejemplo de este estancamiento inflacionario. La inflación superó las expectativas y confirmó el amesetamiento en torno al 4%, lo que encendió las alarmas sobre la sostenibilidad del plan económico. Entre los factores que explican este rebote inflacionario se encuentran el aumento en tarifas, transporte y combustibles, lo que se reflejó tanto en el ítem de regulados (5,9%) como en la categoría "Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles", que subió un 7%.
El impacto de los regulados en la inflación
Según Gonzalo Lacunza, de Empiria Consultores, una de las herramientas que podría utilizar el Gobierno para frenar el Índice de Precios al Consumidor (IPC) general sería postergar nuevamente los aumentos de los regulados, aunque esto generaría una mala señal en términos fiscales. Si bien esta medida podría aliviar temporalmente la presión inflacionaria, también afectaría las finanzas públicas, que ya están ajustadas por los esfuerzos de control de gasto.
Aun así, hay factores circunstanciales que podrían ayudar a mitigar el impacto fiscal, como la reducción estacional del costo de suministro de gas y electricidad tras el invierno. Tres nuevas obras que permitirán una mayor sustitución de gas local por combustibles importados también contribuirán a reducir la proporción de subsidios, incluso si las tarifas se mantienen pisadas. En gas, este efecto duraría hasta mayo de 2025, y en electricidad hasta diciembre de este año.
Por otro lado, el precio del petróleo ha tenido una caída significativa, lo que podría aliviar la presión sobre los precios locales de los combustibles. En las últimas dos semanas, el precio del Brent se desplomó un 11%, y en los últimos dos meses acumuló una baja del 17%. Aunque algunos analistas creen que podría darse un retroceso en los precios de los surtidores si se sostiene esta tendencia, otros advierten que hay factores que complican esa posibilidad.
Entre ellos, se espera un rebote del precio del barril, la devaluación mensual del 2% que obliga a un ajuste constante en términos nominales, y el atraso en la actualización de los impuestos a los combustibles, que también establece un piso mínimo para los aumentos. No obstante, el panorama sigue siendo favorable para autorizar aumentos más moderados sin perjudicar a las petroleras ni afectar la recaudación del Tesoro.
El papel de la inflación núcleo
La inflación núcleo, que excluye los precios regulados y los bienes estacionales, también registró un incremento en agosto, pasando del 3,7% al 4,1% en comparación con el mes anterior. Este dato es clave para entender por qué la inflación no baja más allá del 4%.
Según Martín Kalos, director de Epyca Consultora, este fenómeno es inercial. La alta inflación a la que está acostumbrada la economía argentina ha llevado a empresas y familias a adaptar sus comportamientos, con contratos más cortos e indexados, y actualizaciones de precios más frecuentes. Esto provoca que la inflación pasada tenga un impacto directo en la inflación presente, dificultando la ruptura del piso del 4%.
Por otro lado, Gabriel Caamaño, de la Consultora Outlier, señala que la recuperación económica también está contribuyendo a que los precios se mantengan elevados. Los sectores no transables, cuyos márgenes de ganancia habían caído considerablemente, están comenzando a recuperar terreno, lo que eleva sus precios en consonancia con el componente transable.
Qué esperar para septiembre y el efecto del Impuesto PAÍS
De cara a septiembre, el Gobierno apuesta a que la reducción del Impuesto PAÍS ayude a moderar la inflación. Sin embargo, expertos como Pablo Repetto, de Aurum Valores, son escépticos. Repetto no cree que la inflación caiga al 3%, anticipando que probablemente se mantenga entre 3,5% y 4%, en parte debido a los ajustes en los regulados.
Además, la baja del Impuesto PAÍS puede no tener el impacto esperado en la inflación general, ya que los precios tienden a ser más sensibles a las subidas (como en las devaluaciones) que a las bajadas. A pesar de ello, Lorenzo Sigaut Gravina espera un segundo impacto cuando el Impuesto PAÍS sea eliminado definitivamente hacia fin de año.
Cómo romper el piso del 4%
Frente a este escenario complejo, los economistas debaten las posibles soluciones para perforar el piso del 4% y retomar un camino de desaceleración inflacionaria. Gabriel Caamaño cree que, si se quiere recuperar el ritmo de caída, será necesario hacer esfuerzos adicionales, como endurecer la política monetaria, aunque esto podría ralentizar la recuperación económica.
Por su parte, el economista Iván Carrino se muestra más optimista, asegurando que, si se mantienen las políticas de ajuste fiscal y monetario, el piso inercial eventualmente será roto. "La inercia no dura para siempre. Con estas políticas, es posible que en octubre ya se vea una reducción significativa", asegura Carrino.
Otra de las herramientas que el Gobierno podría utilizar es la corrección a la baja del crawling peg, una de las medidas más exitosas en el pasado para reducir la inflación en Argentina. Sin embargo, como advierte Repetto, esta es un arma de doble filo, ya que puede aumentar las expectativas devaluatorias y agrandar la brecha de los paralelos.
Un desafío inflacionario en medio de la recuperación económica
El amesetamiento inflacionario en torno al 4% mensual es un desafío significativo para el plan económico del Gobierno. Si bien existen factores que podrían ayudar a moderar los precios en los próximos meses, como la baja del Impuesto PAÍS o la reducción estacional de los costos energéticos, será necesario un ajuste integral de la política fiscal y monetaria para romper el piso inercial y retomar la senda de desaceleración inflacionaria.
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