¿Qué es el ingreso básico universal y cómo se relaciona con las criptomonedas?

En los últimos años, la conversación sobre el ingreso básico universal (UBI, por sus siglas en inglés) ha tomado un giro interesante, en especial desde que figuras clave del mundo tecnológico, como Sam Altman, CEO de OpenAI, han comenzado a impulsar la idea. El UBI, en términos simples, es un pago regular y garantizado que se proporciona a cada ciudadano, sin condiciones, para cubrir sus necesidades básicas. En una era donde la automatización amenaza millones de empleos, muchos ven el UBI como una solución para prevenir la pobreza generalizada.

La propuesta es simple: en un futuro donde los robots y las inteligencias artificiales realicen gran parte del trabajo, ¿cómo aseguramos que las personas aún puedan ganarse la vida? El UBI podría ser una respuesta, proporcionando un colchón financiero básico para todos, independientemente de si tienen un empleo o no.

Hasta aquí, todo suena utópico. Pero, como suele suceder, lo difícil está en los detalles. ¿Cómo se financiaría un programa de esta magnitud? Aquí es donde entran las criptomonedas. En particular, la idea de usar blockchain y monedas digitales para distribuir este ingreso ha captado la atención de muchos. Según Sam Altman y otros defensores del UBI, la tecnología blockchain podría hacer que la distribución de fondos sea más eficiente, transparente y accesible, eliminando intermediarios y reduciendo costos operativos.

Uno de los proyectos más interesantes en esta línea es Worldcoin, una criptomoneda impulsada por Altman que busca distribuir ingresos de forma global. La idea detrás de Worldcoin es simple: crear una moneda digital que llegue a todo el mundo, comenzando con pequeñas asignaciones que podrían, eventualmente, formar la base de un sistema de UBI financiado por criptomonedas. Los defensores del UBI con criptomonedas argumentan que el sistema no solo sería más inclusivo, sino que también resolvería problemas de acceso a servicios financieros en países en desarrollo, donde las infraestructuras bancarias son limitadas.

En Argentina, el concepto de UBI no es nuevo, pero la inclusión de las criptomonedas en el debate lo es. Con un mercado de criptomonedas en crecimiento y una inflación galopante que erosiona el valor del peso, muchos argentinos ya están adoptando monedas digitales como Bitcoin para preservar su riqueza. Así que no es descabellado pensar que en un futuro cercano el país podría considerar este enfoque combinado de UBI y criptomonedas como una solución económica viable. De hecho, ya se están realizando estudios y pruebas piloto en varias partes del mundo para ver cómo funcionan estos esquemas.

Sin embargo, no todo es optimismo. Hay críticos que ven en esta propuesta un conjunto de problemas aún sin resolver. En primer lugar, está la volatilidad inherente a las criptomonedas. A pesar de su popularidad, monedas como Bitcoin o Ethereum son famosas por sus fluctuaciones de valor, lo que hace que algunos se pregunten si realmente es seguro basar un ingreso fijo en algo tan inestable.

Otro punto de debate es el impacto que un sistema de UBI tendría sobre el trabajo. Los detractores del ingreso básico universal temen que ofrecer dinero sin condiciones desincentive a las personas a trabajar o a contribuir a la sociedad de manera productiva. Aunque los primeros experimentos han mostrado resultados mixtos, sigue siendo un tema candente en la discusión.

El ingreso básico universal, combinado con criptomonedas, representa una de las propuestas más radicales para enfrentar los desafíos del futuro. Nos obliga a repensar no solo la economía, sino también el valor del trabajo en una sociedad donde las máquinas realizan cada vez más tareas. Aunque el camino está lleno de incógnitas, la posibilidad de un mundo donde nadie carezca de lo esencial está más cerca de lo que pensamos. Tal vez, el verdadero desafío no será la tecnología, sino cómo decidimos organizar nuestras prioridades como sociedad.