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El plan del DOJ para desmantelar el monopolio de búsqueda de Google: ¿Qué implica la venta de Chrome?

El Departamento de Justicia de EE. UU. ha propuesto medidas para desmantelar el monopolio de Google en las búsquedas en línea, incluyendo la venta de su navegador Chrome y la prohibición de acuerdos exclusivos que favorecen su motor de búsqueda.

2024-12-02T19:38:56.795Z - Felipe Sarmiento

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El DOJ busca que Google venda Chrome para eliminar su control sobre puntos de acceso críticos a las búsquedas en línea.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ) está decidido a cambiar el equilibrio de poder en internet, y Google, con su dominio casi absoluto en el mercado de las búsquedas, es su principal objetivo. En un esfuerzo por restaurar la competencia, el DOJ ha propuesto una serie de medidas que podrían redefinir cómo funciona el ecosistema digital. Entre las propuestas se encuentra la venta de Chrome, restricciones en los acuerdos de exclusividad y la obligación de compartir datos de búsqueda con competidores. Estas acciones tienen el potencial de transformar no solo a Google, sino también a toda la industria tecnológica.

Uno de los puntos más llamativos de la propuesta es la venta de Chrome, el navegador web más utilizado en Estados Unidos, con una cuota de mercado del 60%. Este navegador, instalado por defecto en dispositivos Android, ha sido clave para el dominio de Google, sirviendo como punto de entrada para canalizar usuarios hacia su motor de búsqueda. La idea detrás de la venta es clara: evitar que Google utilice Chrome como herramienta para mantener su monopolio. Sin embargo, esta medida plantea preguntas complejas. ¿Quién podría comprar Chrome? Rumble, una plataforma de video conocida por su postura a favor de la libertad de expresión, ya ha manifestado interés. Pero gigantes tecnológicos como Amazon o Meta probablemente enfrentarían bloqueos regulatorios debido a su tamaño. Apple, que ya posee Safari, también podría estar en la lista de candidatos, aunque esto podría consolidar aún más su posición dominante en el mercado de navegadores.

El impacto para los usuarios dependerá en gran medida de quién termine adquiriendo Chrome. Si cae en manos de una empresa experimentada como Apple, la transición podría ser fluida. Sin embargo, si lo adquiere una compañía con poca experiencia en navegadores, como un fondo de inversión, la calidad del producto podría verse afectada. Por otro lado, la venta de Chrome también incluiría el proyecto de código abierto Chromium, base de navegadores como Microsoft Edge y Brave. Aunque algunos temen que esto ponga en riesgo el futuro de Chromium, expertos sugieren que el proyecto podría continuar de manera independiente.

Además de la venta de Chrome, el DOJ ha propuesto medidas que podrían tener un impacto aún mayor: obligar a Google a compartir datos de búsqueda con competidores. Durante años, el acceso exclusivo de Google a vastos volúmenes de datos de búsqueda le ha dado una ventaja competitiva casi insuperable. Al obligar a Google a compartir estos datos durante un período de 10 años, el DOJ busca nivelar el campo de juego, permitiendo que motores de búsqueda como Bing o DuckDuckGo mejoren rápidamente sus servicios. Según expertos, esta medida podría reducir los ingresos de Google hasta en un 10%, afectando su modelo de negocio basado en la publicidad.

La propuesta de compartir datos de búsqueda también plantea preguntas éticas y legales. Según Shubha Ghosh, director del Instituto de Derecho de Propiedad Intelectual de la Universidad de Syracuse, los datos no están protegidos por propiedad intelectual: "Es como las noticias; quien las recopila no puede reclamar su propiedad." Sin embargo, Google podría seguir beneficiándose económicamente al licenciar estos datos, aunque con márgenes mucho más bajos.

Otro aspecto crucial del plan del DOJ es prohibir los acuerdos de exclusividad que han permitido a Google mantener su posición como motor de búsqueda predeterminado en navegadores y dispositivos. Esto incluye su multimillonario contrato con Apple para ser el buscador principal en Safari. Curiosamente, algunos analistas sugieren que esta medida podría beneficiar a Google. Si no hay otros postores dispuestos a pagar lo que Google paga a Apple, esos costos desaparecerían, y los usuarios podrían seguir eligiendo Google debido a su familiaridad.

La propuesta también incluye la implementación de pantallas de elección en Chrome y Android, permitiendo a los usuarios seleccionar su motor de búsqueda preferido. Aunque medidas similares en Europa han tenido un impacto limitado, una implementación más rigurosa en Estados Unidos podría ser más efectiva. Sin embargo, competidores como Mozilla advierten que algunas de estas medidas podrían afectar negativamente a navegadores independientes como Firefox, que dependen de acuerdos financieros con Google para su supervivencia.

El DOJ no se ha limitado a la búsqueda y los navegadores; también busca reformar cómo Google gestiona su negocio publicitario. Se ha encontrado que Google cobra precios excesivos por sus anuncios de texto mientras degrada su calidad. Para abordar esto, el DOJ propone que Google ofrezca mayor transparencia a los anunciantes, permitiéndoles comprender mejor el rendimiento de sus anuncios y exportar datos para facilitar la transición a plataformas rivales.

Sorprendentemente, el DOJ no ha solicitado la venta de Android, a pesar de su importancia como punto de acceso para búsquedas móviles. Sin embargo, esta opción sigue sobre la mesa si Google no cumple con las medidas propuestas o si estas resultan ineficaces. La pérdida de Android sería un golpe devastador para Google, ya que su sistema operativo móvil es clave para su dominio en búsquedas y publicidad.

Las medidas propuestas por el DOJ representan un intento audaz por frenar el monopolio de Google y fomentar una competencia más saludable en el mercado digital. Sin embargo, la implementación será clave para determinar su efectividad. Como señala Adam Epstein, presidente de adMarketplace, "El verdadero desafío será garantizar que Google cumpla, ya que ahí se decidirá el impacto real para consumidores, anunciantes y competidores."

A medida que este caso avance, el panorama digital podría experimentar cambios significativos. Si el DOJ tiene éxito, no solo se abrirían nuevas oportunidades para competidores más pequeños, sino que también se redefinirían las reglas de juego para las grandes empresas tecnológicas. Sin embargo, el resultado dependerá en gran medida de cómo se implementen estas medidas y de si Google decide adaptarse o resistir.

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