Un desafío tecnológico: Instalar Windows 95 en una PlayStation 2
Un desafío épico: ejecutar Windows 95 en una PS2. Descubre cómo la emulación y la ingeniera inversa permitieron, contra todo pronóstico, el arranque del sistema operativo, aunque con severas limitaciones de rendimiento.

Un aficionado a la tecnología decidió llevar al límite una PlayStation 2 (PS2), la mítica consola de Sony, intentando instalar un sistema operativo de escritorio en ella y correr el icónico videojuego 'Doom'.
El desafío de la compatibilidad
A primera vista, la idea parece sencilla: tomar un sistema operativo antiguo y hacerlo funcionar en una consola de hace dos décadas. Sin embargo, al profundizar un poco más, se comprende por qué esta combinación es prácticamente una misión imposible.
La PS2 se lanzó al mercado en el año 2000 con una arquitectura específicamente diseñada para videojuegos. Su procesador, el Emotion Engine, opera a unos 300 MHz y utiliza un conjunto de instrucciones distinto al de las computadoras personales de la época. Por otro lado, Windows 95, lanzado en 1995, fue creado para funcionar en procesadores x86, como los clásicos Intel 386 o 486.
La solución: emulación
Dado que la PS2 no puede ejecutar directamente Windows 95, una alternativa viable era simular una computadora compatible dentro de la propia consola. Y eso es precisamente lo que hizo el canal de YouTube MetraByte. En lugar de recurrir a un instalador nativo (que no existe), optó por la instalación estándar de Windows 95 dentro de Bochs, un emulador de arquitectura x86.
Para lograrlo, el youtuber cargó una versión de Bochs adaptada para la consola, conectó un teclado USB y comenzó el proceso. Inicialmente, utilizó una memoria USB para avanzar con la instalación de Windows 95. Sin embargo, pronto se encontró con un obstáculo: el puerto USB de la PS2 apenas alcanza 1,5 MB/s.
Para sortear este problema, optó por una solución más casera: trasladó los archivos a un viejo disco duro IDE, rescatado de un iMac y montado en una carcasa externa, que conectó a la consola.
El resultado
Windows 95 no fue diseñado para ejecutarse desde un entorno emulado en una consola, y mucho menos desde unidades de almacenamiento tan limitadas. Cada paso requería mucho tiempo. El proceso se extendió durante gran parte de la noche. El propio autor estima que duró alrededor de 10 horas, aunque admite no saber con exactitud cuánto tiempo llevó.
Pero finalmente, el sistema arrancó. Windows 95 apareció en la pantalla con sus colores, su escritorio y su barra de inicio. Incluso logró abrir Paint. El teclado funcionaba, aunque el mouse USB no era reconocido. La fluidez era mínima. Y cuando intentó ejecutar 'Doom', una de sus ideas originales, el sistema simplemente no pudo con él.
